Aunque el apartamento 1303 es céntrico y bonito, todas las chicas que entran a vivir en él acaban saltando al vacío desde sus ventanas. La última en suicidarse ha sido Sayaka, y su hermana Mariko no logra comprender qué ha podido ocurrir; sólo piensa en la extraña expresión que tenía su hermana momentos antes de saltar. En su intento por encontrar una explicación, Mariko se muda al apartamento 1303, y descubre que entre las paredes del apartamento hay mucho más horror del que se puede ver, incluido el fantasma de su hermana, que lucha por descansar en paz.